Nuestro equipo comienza con sesiones de trabajo junto a los responsables de cada área de tu empresa. Revisamos procesos actuales, flujos de trabajo, herramientas existentes y puntos de dolor. Esta fase nos permite entender cómo funciona tu organización en la práctica y definir con precisión los objetivos de la implementación.

Con la información recopilada, diseñamos una propuesta a la medida. Definimos qué módulos serán necesarios (finanzas, ventas, inventario, proyectos, nómina, etc.), cómo se integrarán entre sí y qué personalizaciones se requieren. Además, establecemos un cronograma con hitos claros para que tengas visibilidad total del proyecto desde el inicio.

Adaptamos el ERP a la estructura y necesidades de tu negocio. Configuramos parámetros, creamos usuarios, permisos y flujos de trabajo. Paralelamente, migramos la información de tus sistemas anteriores (contabilidad, inventario, nómina, etc.) asegurando la integridad de los datos. Antes de avanzar, ejecutamos pruebas de validación para confirmar que todo esté correcto.

Antes del arranque oficial, realizamos pruebas en un entorno controlado con tus usuarios clave. Este paso es crucial para detectar posibles mejoras y afinar la configuración. De esta manera, aseguramos que cuando el sistema esté en producción funcione sin contratiempos.

Acompañamos a tu equipo durante los primeros días de uso real del ERP. Supervisamos transacciones, procesos críticos y reportes para garantizar que la operación continúe sin interrupciones. Nuestro enfoque es estar presentes para resolver dudas y reaccionar de inmediato si surge algún imprevisto.

El proyecto no termina cuando el sistema arranca. Ofrecemos soporte cercano para resolver incidencias, mejorar procesos y acompañar la adopción del sistema. Además, capacitamos a tu equipo para que aproveche al máximo las funcionalidades, logrando una transición más rápida y efectiva.